Representaciones mediáticas
Abstract
La película Natural Born Killers (1994) narra la historia de Miky y Malory, una pareja de asesinos que, en un descapotable, recorre EEUU sumando víctimas a su prontuario. Estos personajes rápidamente se vuelven estrellas de televisión gracias a la cobertura que hacen los medios de comunicación sobre los homicidios que el dúo protagoniza. El cenit de esto está encarnado en el periodista Wayne Gale, quien, al entrevistar a uno de los asesinos, recibe como respuesta una recriminación sobre la "espectacularización" que la prensa hace sobre el crimen, el dolor y el miedo. Todos estos elementos aparecen domesticados, dominados y envasados para las grandes audiencias estadounidenses que muestra la película. Pero más allá de la ficción, la prensa siempre ha tenido que enfrentar problemáticas en que subyace la violencia, y por tanto, el dolor. Historias que en sí contienen una carga emocional y un interés humano, y que en ocasiones han hecho que la vista de los medios de comunicación tienda a tornarse borrosa, hasta el punto de desconocer su labor principal: informar.
Discernir entre lo que es información, y lo que no, es parte del menester diario de cualquier medio de comunicación, sea el formato que sea. Esta misión de informar conlleva una responsabilidad con las audiencias y un compromiso con el periodismo mismo. Sin tener este horizonte claro, el riesgo puede costarle la libertad que tanto necesita el periodismo para laborar de manera eficiente. Estas son las bases de la teoría de la responsabilidad social de los medios de comunicación, que entiende a la prensa como un eslabón destacado en la formación de la opinión pública. Esta impronta le da relevancia a la ética, posicionándola como límite para el actuar. Pero en ocasiones, y en mérito de concederle al golpe noticioso un primer plano demasiado privilegiado, todas estas consideraciones éticas pasaron a un segundo plano.
El crecimiento exponencial que tuvieron las empresas periodísticas estadounidenses en la primera mitad del siglo XX, hizo que el financiamiento con publicidad fuera la tónica para librar batallas por conseguir más audiencias. Las disputas involucraron al gobierno de la época, que trataba de limitar laissez faire que esgrimían los magnates de la prensa cuando llenaban las páginas de sus diarios con información tendenciosa, inexacta y sensacionalista.
Guardando las proporciones y las distancias, hoy las condiciones son diferentes: los límites están trazados, ya sea por la academia o los aspectos legales que han generado el conocimiento necesario sobre la responsabilidad de los medios. Ya no basta conocer y tener claro el poder de los medios, sino que también sus límites y la importancia de respetarlos. De esto se hace cargo la ética periodística, que además es invocada por Jacoues Leatua para limpiar "la mala reputación de la prensa", que no es otra cosa que el conjunto de prácticas anti-éticas que los medios han ido acumulando en la retina histórica de las audiencias. Ya que, después de todo, la información de los medios tiene como principal receptor un nicho específico de la población, y el cómo suministran el conocimiento del acontecer local e internacional, es lo que subyace en la discusión de la ética.
Todo esto, ya no considerada desde el canon estricto de la objetividad y la descripción unilateral de un suceso, si no que desde una segunda lectura más minuciosa sobre la representación que la prensa entrega a sus lectores. Esto involucra comprender el flujo discursivo que existe detrás de la narración de un hecho. Los adjetivos, la forma en que se relacionan las partes de una noticia; nada es dejado de lado. El texto es un soporte en el que se baten diferentes discursos. Cualquier interpretación es, ante todo, un proceso dialéctico, en cual se enfrenta diferentes visiones discursivas.
De manera consciente o no, nuestro registro habla más de que lo que simplemente está siendo leído. El texto, entendido como una red de códigos léxicos, es una herramienta que permite acercarnos a una segunda mirada sobre lo que comprendemos.
Pero antes de indagar en ese aspecto, es necesario conocer un poco del objeto que al que se someterá el análisis, es decir conocer cuáles son las teorías que dan lógica al periodismo de hoy y qué relación existe entre esto y la ética que le corresponde a la prensa.