El más querido, el más polémico, el mejor: (reportaje)
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Fecha
2000
Autores
Profesor/a Guía
Idioma
es
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Editor
UNIVERSIDAD ANDRES BELLO
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Licencia CC
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Resumen
¡Vamos, Martín; ¡vamos, campeón!
Los titulares de prensa eran optimistas. "Martín tiene todas las armas para ganar a Betulio" consignaba La Tercera ese jueves 2 de noviembre de 1978. El país entero estaba pendiente del combate que se disputaría esa noche en Venezuela. "Martín Vargas será el primer boxeador chileno que ganará una corona mundial", pronosticó ese mismo día el periodista Raúl Hernán Leppé, el connotado comentarista de boxeo de Las Últimas Noticias.
Cuando· Vargas subió al cuadrilátero, instalado en una plaza de toros de Maracay, se veía nervioso. Al cantar el himno nacional se le nublaron los ojos más de lo habitual, quizás emocionado por el fervor de la bulliciosa barra chilena que lo acompañaba. El calor y la humedad de la zona, que en días anteriores obligó a ambos púgiles a suspender casi toda actividad física, durante esa noche pareció aumentar sin control. En Chile el panorama era muy distinto. En medio del silencio de la noche y de las calles vacías -esta vez sin culpa del toque de queda-, los hogares encendían los televisores, la gran mayoría en blanco y negro, para ver la pelea.
Ni durante sus anteriores disputas por el Ululo, en septiembre y noviembre de 1977 frente a Miguel Canto, ni durante la última frente a Yoko Gushiken, en 1980, se vivió un ambiente semejante. El ídolo chileno estaba ansioso, y una vez más se encomendó a la Virgen de Lourdes. Quienes lo habían visto nacer 23 años antes en una humilde morada de Rahue no sospecharon que aquel moreno sureño, de menuda figura y sangre guerrera, se transformaría en la carta de triunfo del boxeo nacional y que llegaría a disputar en cuatro oportunidades el título del mundo de la categoría Mosca. Uno de los que creyeron en él fue Lucio Hernández. El ojo experto del entonces gobernador de Puerto Varas captó de inmediato el potencial pugilístico de ese muchacho que había llegado al ring casi por casualidad: la inesperada ausencia del rival de Honorio Bórquez en esa velada hizo que Martín se ofreciera para reemplazarlo. Desde ese momento Hernández se convertiría, para bien o para mal, en la persona más influyente de la carrera de Vargas.
Notas
Tesis (Periodista)
Palabras clave
Martín Vargas, Boxeo, Chile