Lenz Alcayaga, RonyArias Lattes, JorgeBustos Michaud, GustavoJara Campos, CarolinaInstituto de Salud Pública2025-04-212025-04-212024https://repositorio.unab.cl/handle/ria/64228Programa (MBA innovado con especialización en Salud)Las Unidades de Emergencia Hospitalaria (UEH) del país se han caracterizado por ser un sistema que da respuesta de forma continua, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para dar resolución de los casos más complejos de la demanda de urgencia, organizándose según el nivel de complejidad requerida para su intervención, brindando diversas atenciones que incluyen todo tipo de recursos y consolidándose como la principal puerta de ingreso para las hospitalizaciones(1). En estas unidades los pacientes no sólo consultan por problemas relacionados con lesiones traumáticas o descompensaciones de enfermedades crónicas, con frecuencia las atenciones registradas están relacionadas a condiciones sensibles de atención ambulatoria, por ejemplo, infección de tracto urinario, hipertensión arterial o deficiencias nutricionales, las que podrían tratarse de manera efectiva a nivel de la atención primaria, y por tanto, la concurrencia a los servicios de urgencia hospitalarios sería evitable e innecesaria (2). El envejecimiento y las nuevas condiciones epidemiológicas y socioeconómicas han llevado al aumento de las enfermedades no transmisibles (ENT), del sufrimiento mental, de la discapacidad, de los traumatismos causados por el tránsito y de la violencia doméstica e interpersonal, y estas situaciones han ocupado los primeros lugares entre los principales problemas de salud que requieren de un abordaje intersectorial y el fortalecimiento de los sistemas de seguridad social y de los sistemas de salud (3). La pandemia por COVID-19 es un ejemplo ineludible de la necesidad de fortalecer las funciones esenciales de la salud pública, ya que puso en evidencia las brechas en la capacidad de respuesta de los sistemas de salud, cuyo nivel de fragmentación e inequidad impiden una respuesta efectiva a las necesidades de salud de la población, incluso en condiciones normales(3). Esta pandemia tuvo diversos efectos en la sociedad, entre ellas, una disminución generalizada en el total de atenciones de urgencia, independiente de las causas de consulta, lo que se ha reportado por distintos motivos, destacando el temor generado a acudir a los servicios de salud por el riesgo de contraer la enfermedad por COVID-19, la falta de movilización y transporte a causa de diversas restricciones en los momentos más álgidos de la pandemia, entre otros (4). Asimismo, las atenciones en el nivel primario de salud también disminuyeron, lo que podría traer como consecuencias cambios en la morbilidad y mortalidad, especialmente en el caso de las enfermedades no transmisibles sujetas a control, como son las enfermedades cardiovasculares, primeros puestos de la mortalidad en nuestro país(5). Al revisar los datos aportados por el Departamento de Estadísticas e Información de Salud de nuestro país, el año recién pasado la atención de las UEH del sistema público fue de 7.336.517, siendo 1.611.022 atenciones realizadas en los 27 hospitales de la Región Metropolitana. De este total, el 59,5% correspondió a consultas de pacientes adultos, siendo un 44,9% personas entre 15 y 64 años y un 14,7% de 65 años y más. Al analizar la curva durante los últimos 10 años, existió un descenso en el total de atenciones de urgencia durante los años de la pandemia (2020 a 2022) con cerca de 400.000 atenciones menos por año con respecto a la tendencia de los años previos, y esta misma tendencia de descenso en las atenciones de urgencia se observa en los dispositivos de urgencia de Atención Primaria, como son SAR, SAPU, entre otros. A pesar de estas primeras aproximaciones, a la fecha no existe información suficiente que permita evaluar si en Chile la pandemia por COVID-19 ocasionó cambios significativos en cuanto a la morbi-mortalidad de la población, lo que tiene relevancia respecto a la eficiencia actual de nuestro sistema de salud y su alineación a los desafíos que representan los cambios demográficos y la complejidad del perfil epidemiológico. Los problemas de salud de la población son complejos y tienden a interrelacionarse entre los distintos niveles de atención, por lo que la búsqueda de soluciones debe ser de manera integrativa y coordinada, sobretodo cuando los sistemas de salud tienden a ser medicalizados, centrados en lo curativo y hospitalo-céntricos, distantes de modelos enfocados en la integración de los diversos niveles de atención de la red de salud(2). En este sentido, es conveniente revisar en base a la experiencia internacional modelos centrados en las personas, con enfoque multi e interdisciplinario y que permitan entregar prestaciones de salud más accesibles, equitativas, eficientes, de mejor calidad técnica y que satisfagan de mejor manera las expectativas de los ciudadanos. La presente investigación busca describir y cuantificar las atenciones brindadas en las UEH de los establecimientos públicos de la Región Metropolitana durante los últimos 10 años para identificar cambios en las características de pacientes consultantes, con un enfoque particular en las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muertes a nivel mundial e importante contribuyente a la discapacidad(6). Por lo anterior, se relacionarán estos resultados con la resolutividad del Programa de Control Cardiovascular. Sobre los antecedentes anteriores, se generará una propuesta de mejora de la operación del modelo de atención, que considere las redes integradas de los servicios, los cuidados crónicos y cuan centrado está en el usuario.esServicio de Urgencia en HospitalAtención Primaria de SaludMorbilidadChileRegión MetropolitanaDesafíos para la integración y coordinación entre las unidades de emergencia hospitalaria y la atención primaria de salud : una propuesta de mejora para enfrentar los cambios en la morbilidad en la Región MetropolitanaTesis