Méndez, RodrigoValenzuela Rojas, NataliaFacultad de Humanidades y Educación.Escuela de Periodismo.2018-05-182018-05-182006http://repositorio.unab.cl/xmlui/handle/ria/5851Tesis (Licenciado en Periodismo)Los seres humanos viven en un sistema que no podría sobrevivir si no fuera por la comunicación, por el acto de dar y recibir información que nos sirve para enfrentar el mundo y salir airosos de él En un principio el acto de recepcionar y entregar información era sencillo, ya que los grupos humanos eran conformados por pocas personas donde pasar el dato de oído en oído era una tarea fácil. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo, las sociedades fueron creciendo demográficamente y los acontecimientos se multiplicaban haciendo imposible la tarea de comunicar de "en boca en boca". De esta forma nacen los medios de comunicación y con ello toda una gama de beneficios; desde el saber cotidiano hasta las resoluciones de guerra. Desde "La Aurora de Chile", el país se vio envuelto en una malla de la que nunca más podría escaparse, la información relacionada con la ciudad de residencia y de todo el territorio nacional sé volvió más importante que cualquier libro de ficción. Pasado un tiempo los medios de comunicación escritos comenzaron a diversificar sus objetivos y público, todos con un tinte político distinto, todos con la idea de entregar a ese grupo reducido de personas que sabía leer y escribir la información que se requería. No obstante, el mundo crecía con mayor rapidez, los inventos hacían también lo suyo, y en un momento surge la radio, como el segundo medio de comunicación, trayendo consigo la gran revolución de la palabra hablada y la música. Pero aún faltaba el surgimiento del medio más importante, aquel que provocaría que las formas de vida de las personas cambiaran de forma drástica, que la imagen fuera más relevante que el testimonio de una fuente, donde la fantasía de la radio se cambió por la realidad televisiva. Más de 40 años han pasado desde que la televisión comenzó sus funciones en Chile; teleseries, programas infantiles y familiares, partidos de fútbol, etc., son parte del beneficio que ha entregado la pantalla chica desde su origen. Sin embargo, y a pesar de todos los cambios que ha tenido el medio, hay un aspecto que no se cambia, como lo es la información. La afirmación de que los noticiarios no pasan de moda no significa que no vayan cambiando a medida que los tiempos y las nuevas tecnologías avanzan, de hecho la gran renovación de estos llegó hace algunos años, cuando la imagen, los titulares, el conductor y el énfasis dado en las noticias más simples y en los grandes golpes noticiosos, tomaron gran importancia. Ya no bastaba con informar. El noticiario se convierte en un programa de gran influencia en las personas, cada uno va asimilando las noticias de manera distinta, con sensaciones varias, que hacen que tomemos decisiones en nuestra cotidianidad, que realicemos ciertas acciones según lo que el programa de noticias nos muestra. Ahí yace la gran responsabilidad social que tiene la televisión y en especial el periodismo con toda una sociedad. Sin embargo, en todo orden de cosas hay aspectos negativos que de alguna forma envenenan el compromiso que los noticiarios tienen con el país. Entre esas está el sensacionalismo o amarillismo, términos utilizados para denominar a aquellos medios informativos que buscan audiencia a través de métodos anticonvencionales. O sea, es la tendencia de un cierto periodismo por publicar noticias espectaculares, que se caracterizan por mostrar los aspectos menos nobles de una sociedad y por la utilización de recursos externos que llaman la atención (sonidos, imágenes, efectos, etc.) Ante esto, el espectador además de informarse se expone a una forma de conocer lo que pasa en el país y en el mundo poco saludable. No obstante, la medición del sensacionalismo, es una tarea subjetiva, que no se une a la idea de que por tantas noticias, por tantas imágenes de sangre o de palabras tétricas se está frente a una noticia amarillista. Entonces la pregunta surge de inmediato "¿Cuál es el límite entre un "rasguño" y una herida abierta a la dignidad de una persona? ¿Quién fija ese límite? ¿Qué castigos civiles y penales sufrirán la prensa y los periodistas que lo excedan? ¿Es un "rasguño" a la dignidad de alguien, acusarlo de abusar sexualmente de un niño? En Chile la palabra Sensacionalismo, es vista como un concepto alejado que se acerca a los parámetros de la televisión peruana, mexicana y argentina, aquí se habla, más bien, de exceso o de adorno. En este país los canales de televisión se dividen en dos áreas definidas, los institucionales y los privados. Cada canal se guía por una línea editorial que les permite tener ciertas reglas al momento de contar una historia, sin embargo todos están en una constante pelea por atraer a la audiencia, que por consiguiente lleva auspicio y prestigio. De esta forma cada canal utiliza distintos recursos para ganar la guerra de los noticieros, aspecto que noche tras noche pueden notar los televidentes, quienes eligen libremente y según sus parámetros personales cual es el telediario que verán. El trabajo que a continuación se presenta tiene como hipótesis principal la idea de que LOS CANALES PRIVADOS DE TELEVISION SON EN SUS NOTICIEROS CENTRALES MÁS SENSACIONALISTAS QUE LOS INSTITUCIONALES. Teniendo en cuenta que no existe un parámetro general acerca de los niveles de sensacionalismo, pero si hay un sentido común que juzga esta práctica en los medios de comunicación y que perturba la verdadera interacción entre los individuos de esta sociedad llamada Chile.esNoticieros por TelevisiónChile.El sensacionalismo dentro de los noticiarios centrales de televisión institucional y privadaTesis