Cartagena–Ramos, DenisseFlores Riquelme, ArturoSaelzer Araya, LisselotteFacultad de Enfermería.2024-12-172024-12-172022https://repositorio.unab.cl/handle/ria/62621Tesis (Magíster en Gestión de Atención Primaria de Salud)La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el concepto de enfermedades cardiovasculares (ECV) como un grupo de enfermedades o desórdenes que afectan el corazón y los vasos sanguíneos, dentro de estas se encuentran: las enfermedades cerebro vascular, enfermedad coronaria, enfermedad arterial periférica, embolismo pulmonar, entre otras, presentando altas cifras de morbimortalidad (1). Las principales causas de las ECV corresponden a estilos de vida no saludables tales como el sedentarismo, tabaquismo, la mala alimentación y el consumo nocivo de alcohol, actuando como factores de riesgo y generando en el individuo estados de hiperglucemia, dislipidemia, obesidad o hipertensión aumentando el riesgo de padecer las enfermedades antes mencionadas (1). A nivel mundial, cada cuatro segundos ocurre un infarto agudo al miocardio (IAM), cada cinco segundos un accidente cerebro vascular (ACV) y al menos una de cada tres personas fallece debido a una de estas enfermedades (2). De acuerdo con Amini et al, las tendencias en relación a tasa de incidencia y mortalidad han disminuido (3), sin embargo, para el año 2019, se registraron 17.9 millones de defunciones a causa de ECV, representando el 32% del total de defunciones a nivel mundial, convirtiéndose en la primera causa de muerte (1,4), destacan, Alemania, Estados Unidos y Brasil, como aquellos países con las tasas más altas de mortalidad por ECV (37,62%, 31,57% y 28,78% respectivamente) (4). A nivel nacional, en el año 2016, las ECV fueron la primera causa de muerte, representando el 27.1% del total de defunciones del correspondiente año; liderando el accidente cerebro vascular y el infarto agudo al miocardio (46,4 y 44,8 por 100.000 habitantes respectivamente), siendo el 70% de estas defunciones debido a los factores de riesgo antes mencionados (5). De acuerdo con la División de Prevención y Control de Enfermedades (DIPRECE) del Ministerio de Salud, los factores de riesgo más prevalentes en la población chilena corresponden a la Hipertensión Arterial y a la Diabetes Mellitus, presentándose la primera en un 27,3% de la población y la segunda en un 10%, siendo mujeres sobre los 65 años de edad el grupo poblacional más afectado (6). Por otro lado, los Determinantes Sociales de la Salud (DSS), han sido definidos como las desigualdades en la posibilidad y capacidad de acceder a los servicios de salud, condiciones de vida y trabajo que afectan la salud de la población y que producen diferencias en el nivel de salud y enfermedad de acuerdo a las condiciones socioeconómicas (7), con relación a esto, el Colegio Americano de Cardiología, sugiere realizar una evaluación individual de los DSS de los pacientes que acuden a la consulta, con el fin de identificar y tratar las ECV considerando no sólo sus factores de riesgo, sino también las condiciones de vida de cada paciente, ya que se ha demostrado que por ejemplo, bajos ingresos, condiciones de vivienda no favorables y la falta de acceso a alimentación saludable aumentan en un 50% las probabilidades de presentar alguna ECV (8, 9). En este sentido, resulta importante analizar los estilos de vida de la población junto con los factores o características biológicos individuales como los predictores y responsables de la distribución social de la salud y enfermedad (10), resultando imprescindible estudiar los estilos de vida desde la perspectiva de los DSS y abordar las dimensiones individuales, culturales y simbólicas que también tienen una influencia en la distribución social de la salud.esEnfermedades CardiovascularesEn AncianidadFactores de RiesgoSalud PúblicaRevisión Sistemática.Determinantes Sociales en Salud (DSS) que influyen en el aumento de la incidencia de las enfermedades cardiovasculares (ECV) en la población adulto y adulto mayorTesis