Riveaux Correa, José FranciscoContreras Martínez, Carolina Valeska.Espinosa Mackenna, Francisco JoséGuzmán Álvarez, María LoretoLazcano Espinosa, Margarita CarolinaOrellana Cornejo, Marcela AndreaSalinas Cueto, María LoretoFacultad de Humanidades y Educación2018-10-122018-10-122003http://repositorio.unab.cl/xmlui/handle/ria/7225Tesis (Profesor de Educación Física para la Educación General Básica, Licenciado en Educación)La escuela no es sólo el lugar donde se reproduce la cultura, sino que es un espacio donde se puede anticipar un futuro diferente. En ella se aprende a apreciar la diversidad cultural aunque en su entorno haya gran discriminación y desigualdades sociales, se aprende a convivir en forma más equitativa entre niños y niñas aunque se dé en la sociedad una fuerte discriminación de género, se aprende a actuar responsablemente y hacerse cargo del otro, aunque en la sociedad se dé una gran competitividad. Efectivamente, la escuela representa un recurso social formidable, más aún en situaciones críticas donde todas las estructuras de convivencia parecen derrumbarse. La diversidad es tan real que podemos observarla y reconocerla en cada una de las personas que forman parte de nuestro entorno, y en el mundo entero. A la diversidad más evidente, la del aspecto físico: el rostro, la altura o el color de la piel, se suman otras características que refuerzan la idea de que cada uno de nosotros es único e irrepetible. Podemos nombrar algunas, como por ejemplo: la particular forma de ser, de pensar y de comportarse, el estilo de vestirse y los gustos que cada uno de nosotros tiene; además de las diferentes nacionalidades, ideologías y religiones, en fin las características propias de cada cultura; complementando y enriqueciendo la diversidad. Sin embargo, estas cualidades que nos resultan simples de observar, pueden ser amenazantes y convertirse en justificación de las variadas formas de exclusión. Si no somos capaces de aceptarla y comprenderla como una oportunidad maravillosa y única de los seres humanos para reconocer en el otro, por muy distinto que sea respecto de mí, la igualdad de derechos y oportunidades ante la vida, de la que cada uno de nosotros somos merecedores. La diversidad entonces se nos presenta como un valor que nos invita a respetar y aceptar a los otros en su diferencia, y desde ahí, reforzar nuestra propia identidad; lo cual supone aprender a vivir juntos, abriéndose a la experiencia de conocer mejor a los demás, saber de su historia, de sus tradiciones y de su espiritualidad, para que aquello que en un primer momento nos parece desconocido y extraño, se transforme en una posibilidad de comunicarnos, de intercambiar experiencias, de descubrir vivencias y sueños comunes. Es por todo lo anteriormente señalado que nos pareció una gran experiencia trabajar en nuestro Seminario de Grado el tema de la Integración social a través de la Educación Física, ya que a través de este estamos seguros que podemos ayudar a disminuir los problemas de discriminación que se producen en el ámbito educativo, producto de una deficiente integración social.esIntegración SocialEducación FísicaIntegración social a través de la educación físicaTesis