Callís Rodríguez, AlbertoGarcía Nuñez, RodrigoFacultad de Humanidades y Ciencias Sociales.Escuela de Periodismo.2021-03-102021-03-102005http://repositorio.unab.cl/xmlui/handle/ria/18174La noche del lunes 3 de enero de 2005, todos los programas periodísticos de la televisión del país destacaron en sus titulares la renuncia del ministro de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, Javier Etcheverry (PPD), y su reemplazo por el ex director del Banco Estado, Jaime Estévez (PS). La caída de un puente carretero en Loncomilla, construido durante el período en que Ricardo Lagos fue titular del MOP, desató un intenso debate político-comunicacional. Los partidos de la Alianza Por Chile aprovecharon la oportunidad para dirigir sus dardos hacia el propio Jefe del Estado. El panorama no era fácil para La Moneda. Fue en ese momento que entró en escena el ministro Secretario General de Gobierno, Francisco Vidal. Tuvo como tarea manejar la crisis, ofrecer algunas breves explicaciones y, dentro de lo posible, cambiar la agenda temática. Con gran soltura verbal enfrentó a la prensa para responder a quienes pedían responsabilidades y sanciones por lo acontecido en la Séptima Región. Y en su calidad de vocero oficial, buscó la réplica, y con cierta ironía afirmó: "estas acusaciones son el fiel reflejo de la desesperación de la derecha al ver que su candidato presidencial, Joaquín Lavín, cada día cae más en las encuestas". Al día siguiente, los diarios destacaron las reacciones indignadas de los dirigentes de RN y la UDI por las expresiones del ministro Secretario General de Gobierno. Recibió los golpes, pero su misión cumplía lo estipulado: la figura de Ricardo Lagos ya no estaba en el ojo del huracán. Otros pasaron a ser los actores del conflicto. Para el senador Jovino Novoa, presidente de la Unión Demócrata Independiente, el vocero de La Moneda es sólo "un opinólogo más". Mientras que para el diputado Mario Bertolino, subjefe de la bancada parlamentaria de Renovación Nacional, el rol que está cumpliendo dicho ministro, "a veces llega al borde de la inconstitucionalidad, ya que dicta públicas pautas y entrega plazos al Congreso sobre los asuntos que sólo le interesan al oficialismo". Agregó que "hay que recordarle al señor Vidal que él representa al Poder Ejecutivo y no puede ni debe opinar sobre temas que son de exclusiva competencia del Poder Legislativo. Este señor tiene que saber medir sus palabras", precisó ante los periodistas políticos acreditados en el Parlamento.PeriodismoReportajes.Ministros de Gobierno.El rol de los voceros oficiales : desde Francisco Javier Cuadra hasta Francisco Vídal