Deporte, estado y políticas deportivas, Chile (1900-1990)

Abstract

Que en la actualidad, el deporte goza del quórum y aprobación de toda la sociedad, es algo que nadie podría poner en entredicho. Resulta, por decir lo menos, inimaginable pensar siquiera que alguien pudiese estar en contra de los beneficios que reporta esta saludable expresión corporal. El deporte en nuestra sociedad cumple con varios roles que ayudan a fortalecer el crecimiento de las personas. Por ejemplo, mediante su ejercicio, podemos lograr la adaptación de un joven a un grupo humano distinto de su entorno familia, inculcándole nuevas reglas de convivencia y nuevos tratos, consiguiendo de ese modo que se relacione con sus pares y profesores en un ambiente de respeto y disciplina. El deporte contribuye a la interiorización de normas y reglas, al control de las pulsiones y las emociones del individuo, a mejorar su voluntad frente a los obstáculos que puedan presentarse posteriormente en la vida, a la canalización social de la agresividad, a la intrepidez, a trazarse metas elevadas. También es un ente integrador, muchos proyectos deportivos gubernamentales -así como independientes- sitúan su punto de atención sobre los segmentos más vulnerables de la sociedad, con el claro objetivo de contribuir desde un punto de vista social a la formación de personas marginales, que están en peligro o tienen predisposición a cometer delitos. En definitiva el deporte entendido como bien cultural no es sólo un elemento de mejora de la salud pública, de bienestar social, ni tan sólo exclusivamente de calidad de vida. El deporte es, además, un elemento esencial de convivencia. Facilita la comunicación y el asociacionismo en torno a metas e ideales nobles, por aquello es que nos parece relevante estudiar cual ha sido la importancia que el Estado Chileno le ha dado al deporte a lo largo de su historia.