El fundar en cuanto a consolidación de un hecho, del acontecimiento a la voluntad: espacio cívico para Puerto Viejo

Abstract

A lo largo de la historia el hombre ha sentido la necesidad de marcar “su lugar”, donde habita y hace posible su bienestar, de manera que sea testimonio de su dominio sobre el medio. La arquitectura en sus raíces cuenta con la expresión, al igual que en el hombre, como elemento fundamental. Esta expresión se manifiesta en el hombre con la cultura y en la arquitectura a través del signo, surgiendo la necesidad inherente en la arquitectura y el hombre de identificar e identificarse, produciendo la simbiosis del ser humano con su entorno, con la naturaleza. Esta reunión entre ambos se basa en la adecuación y cambio para lograr el cobijo, la protección que se necesita para habitar lo desfavorable y misterioso de la naturaleza. Para conseguir esta relación, el hombre se reúne en sociedad manifestando su esencia más básica, la de congregación, la de formar parte de una colectividad, la cual crea una propia existencia al “dar el significado como forma de apropiación”, es así como nace la expresión de una comunidad, su cultura, como un cuerpo relacionado con su historia y su proceso social. El fundar se convierte efectivamente en el hecho fundamental para que el hombre heche raíces, acto propio de la naturaleza humana con que el ser humano crea una interdependencia entre sí y el medio.