Examinando por Autor "Gepp Peirano, Macarena"

Mostrando 1 - 1 de 1
  • No hay miniatura disponible
    Ítem
    El juego como un factor que estimula la integración social del párvulo
    (Universidad Andrés Bello, 2002) Gepp Peirano, Macarena; Léniz Valle, María; Reyes de la Paz, María Francisca; Sepúlveda Varela, Andrea; Pérez Ortega, Juan Estanislao
    La Educación Parvulario establece que niños y niñas requieren ser atendidos no sólo para satisfacer sus necesidades, si no también para que el educador intencione aprendizajes que fortalezcan sus potencialidades, cumpliendo así el objetivo que es "Entregar una educación de calidad, oportuna y pertinente, que favorezca aprendizajes relevantes u significativos en función del bienestar y del desarrollo pleno de la niña y niño como persona, en estrecha relación con la labor educativa de la familia, propiciando a la vez su continuidad en el sistema educativo y su contribución a la sociedad, en un marco de valores nacionalmente compartidos". (1) Todos concordamos en que la Educación Parvularia debe dar respuestas efectivas y adecuar sus procesos a los requerimientos que le hace la sociedad actual. Idearios tales como niño y niña activa y sujeto aprendiente, constructor de sus aprendizajes, eje central de la educación; la educación concebida como un proceso de integración; es decir, que responda a las diversas necesidades e intereses de niño; la concepción de una educación inicial como un saber que apoya y complementa profesionalmente la educación familiar insustituible por sus diferentes aportes y por el significado afectivo que tiene para el niño, junto a otros planteamientos más específicos que apuntan al plano metodológico y entre los cuales podemos mencionar, las experiencias de aprendizajes del niño y niña que deben ser concretas y significativas, vivenciales, graduadas y acordes a su etapa de desarrollo encontramos la concepción del juego como recurso metodológico esencial del trabajo pedagógico y aquel tan clave como la formación de un ambiente humano comprometido, grato y acogedor. Cada niño y niña es único, la confianza es crucial a la forma en que se desarrolla y aprende, lo importante es estimular y usar todos sus sentidos lo más posible. Aquí el juego resulta esencial dentro del aprendizaje. La función de la educadora es adaptar los juegos y las actividades a la habilidad del niño en vez de pedir que éste se adapte, y que cada niño y niña tienen la necesidad y el derecho de estar en compañía de otros para aprender a vivir en un mundo real.