Experiencias y desafíos sobre Educación Superior inclusiva
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Fecha
2016
Profesor/a Guía
Facultad/escuela
Idioma
es
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Editor
Ediciones CELEI
Nombre de Curso
Licencia CC
Licencia CC
Resumen
Una de las mayores barreras que encontramos aún en todos los países en los que hay planes
nacionales de inclusión en marcha está precisamente en los pre-juicios y pre-supuestos sobre las
posibilidades -y derechos- de las personas con necesidades especiales, con discapacidad o con
diversidad funcional. Los procesos de exclusión social, tanto desde un punto de vista micro-sistémico
(por ejemplo, en su salón de clases, en grupos de amigos o desconocidos…) como macro-sistémico
(dificultades incluso legales para acceder a un empleo) presentan numerosas analogías con experiencias
por las que ya hemos pasado como sociedades con otros grupos humanos que han sido abiertamente y
generalizadamente excluidos, como es el caso de las mujeres, la mayoría de las cuales ha adquirido el
derecho al voto a lo largo de la primera mitad del siglo XX o la discriminación racial. Esta memoria
viva en el imaginario de nuestras sociedades debiera ayudarnos a decodificar con acierto los
interrogantes que el proceso vivo de inclusión social y educativa nos formula, porque muchas de las
soluciones encontradas ahí guardan paralelismos como las que proponemos a algunos para este sector
de la ciudadanía con discapacidades o necesidades especiales.
Si deseamos que todo lo anterior se materialice en proyectos de inclusión para todas las
personas con necesidades especiales hacen falta por lo menos tres elementos interactuando activamente entre ellos. En primer lugar, la existencia de una democracia lo suficientemente afianzada y la vigencia
de un estado de derecho. No conozco países con regímenes dictatoriales o autoritarios que tengan o
hayan tenido planes de inclusión dignos de tal nombre. Efectivamente, la verdadera democracia
significa no solo el ejercicio de los derechos formales de la misma, sino –entre otras muchas cosas- la
creación de oportunidades para que los niños con limitaciones puedan acudir a los establecimientos
escolares a los que acuden sus compañeros de edad, o que los trabajadores con discapacidad tengan
acceso a trabajar en empresas ordinarias, con apoyos, si es preciso. La inclusión habita en el corazón
mismo de la democracia. Segundo, es precisa la existencia de una masa crítica en la sociedad tanto de
personas individuales como de organizaciones ciudadanas comprometidas con las personas con
necesidades especiales, sus familias y amigos. Y por último, la presencia de una universidad activa en
estas cuestiones que contribuya a la formación de los profesionales, investigue los muchos procesos que
involucra un proyecto tan complejo como el de la inclusión educativa y social y colabore con los
gestores de los servicios para promover políticas basadas en evidencias y análisis científicos.
Notas
Palabras clave
Educación Superior, Inclusión, Chile