No quiero ponerle título

Abstract

- " ... gracias papá por el regalo de cumpleaños. Me encanta mi cámara, es fácil de usar y con el libro de fotografía he aprendido a hacer buenos retratos de la familia y amigos. ¡Hasta sé cómo componer naturalezas muertas! Soy todo un artista ... " - Mmm ... ¡Hah, ... iluso! ¡No eres un artista y estás muy lejos de serlo! Tras esta pequeña escena del diario vivir, quiero resumir lo que sucede hoy con las cámaras digitales. Son económicas y fáciles de usar. Por eso se han popularizado tanto, que cualquier individuo sin importar sexo, edad, grupo social, profesión, etc. puede acceder a una. Con estos nuevos aparatos el universo del ojo dibujante se expande a cada segundo, haciendo de la fotografía un "arte" popular donde no es necesario tener mayores estudios. Esta situación es inevitable, inofensiva e intrascendente para el arte contemporáneo y la fotografía como tal, pero lo que realmente me produce dolor estomacal es entrar a cualquier librería (desde la Antártica hasta la Contrapunto), dirigirme a la sección "fotografía" y encontrarme con "El nuevo libro de la fotografía" de Hedgecoe entre muchos otros.